Abonar el suelo de tu parcela, huerto o jardín, es una de las tareas que tendrás que hacer si quieres que crezcan ricos tomates, pimientos o bellas especies florales. Para llevar a cabo esta labor, debes tener en cuenta una serie de aspectos antes de ponerte manos a la obra.
Abonar el suelo de tu parcela, huerto o jardín, es una de las tareas que tendrás que hacer si quieres que crezcan ricos tomates, pimientos o bellas especies florales. Para llevar a cabo esta labor, debes tener en cuenta una serie de aspectos antes de ponerte manos a la obra. En este post vamos a darte unos cuantos para que el resultado sea satisfactorio.
Consejos
Antes de nada, es necesario que conozcas los tipos de abonos que hay, para poder elegir uno. Los puedes encontrar orgánicos y minerales. Los primeros son, por ejemplo, el estiércol, el compost o la turba. Los segundos, también denominados inorgánicos o químicos, contienen alimentos como el nitrógeno o el fósforo, pero no mejoran el suelo.
Si quieres que tu suelo esté perfecto, lo ideal es que combines los abonos orgánicos con los químicos. Es una buena forma de lograr un equilibrio en el terreno.
Es posible que tus cultivos no crezcan con mucha fuerza. Si esto pasara, mezcla o cubre el suelo con abonos orgánicos. Por otro lado, debes tener en cuenta que, para las plantas que tienen crecimiento vigoroso, son necesarias más sustancias nutritivas para que se desarrollen correctamente.
Si quieres abonar con compost, puedes hacerlo casero en un contenedor o cubo. Casi todos los residuos de la cocina o el jardín se pueden emplear para crearlo, pero evita la carne, los huesos o el pescado, puesto que producen un olor muy desagradable. Tampoco emplees alimentos en mal estado, puesto que no ayudarán.